China es un país con una tradición y cultura milenaria, y este fin de semana no podía ser ajeno a eso. Lewis Hamilton ganó el Gran Premio de Fórmula 1, nada más y nada menos que la carrera Nº1000.

El domingo se veía un poco complicado para el quíntuple campeón del mundo que había quedado 2do tras la clasificación del sábado por detrás de su compañero de equipo en Mercedes, el finlandés Valtteri Bottas.

Sin embargo, el británico sentenció la carrera desde el mismo momento de la largada, ya que superó al hasta ese momento puntero del campeonato, y lideró sin problemas las 56 vueltas.

Atrás, Bottas intentaba acercarse, pero el ritmo del último campeón era imparable. Por detrás de las “fechas de plata” se encontraban peleando las Ferrari de Sebastian Vettel y Charles Leclerc, quienes tuvieron una acalorada disputa.

Leclerc había superado al alemán, pero tras no poder acercar a los punteros, el equipo italiano decidió que intercambiaran posiciones con Vettel que venía más rápido. Sin embargo, él cuádruple campeón no pude hacer cosa diferente.

Finalmente, llegaron las paradas, encabezadas por Max Verstappen con su Red Bull que marchaba 5to. Luego, pararon Hamilton, Bottas y Vettel mientras que Leclerc lo hizo más tarde, error (¿o estrategia de equipo?) que lo hizo caer detrás de todos los demás.

El Gran Premio Nº1000 no sorprendió a nadie, sobretodo en la segunda parte y, de hecho, fue una de las típicas carreras que se han visto en el último tiempo, con casi nula lucha por la punta.

Hamilton vio la bandera a cuadros bajada por otro campeón como Alain Prost y se subió, no solo a lo más alto del podio en un día histórico, sino también a lo más alto del campeonato con 68 pts, dejando atrás a Bottas con 62 pts y un inesperado Verstappen (que terminó 4to) tercero con 39 pts.

La próxima será en Bakú, Azerbaiyán, el próximo 28 de abril. ¿Seguirá el domingo de Hamilton, resurgirá Ferrari o será Red Bull el que de el golpe?
Habrá que esperar…