El museo de Totoro, un mágico lugar


Japón es un destino de fantasía y la distancia que nos separa de la Isla, junto con el imaginario que en derredor de ella hemos construido a lo largo de nuestra vida, no hace más que potenciar esa sensación. Estamos de acuerdo en que los mejores recuerdos de nuestra experiencia en este plano se refugian en el dulce tránsito de nuestra infancia. Ya grandes, con algo de nostalgia y un poco de tierna remembranza, volvemos el tiempo atrás y visitamos ese periodo tan grato de nuestra existencia. Totoro es para muchos de nosotros una pieza de ese enorme rompecabezas y junto con otras películas de Studio Ghibli constituye un recuerdo aun vivo de la felicidad animada.

El país del Sol Naciente es la cuna de este grandote simpáticon y honrando ese privilegio le rinden culto de diferentes maneras. El Museo Ghibli en Mitaka quizá sea uno de los lugares más conocidos, pero hoy visitaremos un lugar que bajo la misma premisa nos ofrece una experiencia diferente y que combina con la magia de Miyazaki, otra de las grandes pasiones de los nipones: el peluche. El Museo del Oso Teddy (那須テディベア・ミュージアム) nos da la bienvenida y nos invita a conocer algo de su particular colección.

Ubicado en la ciudad de Nasu, Prefectura de Tochigi, este pequeño museo ofrece una de las colecciones más grandes y exóticas del mundo. Ya en la entrada un enorme Teddy parlanchín da la bienvenida a los visitantes y habilita el paso para conocer esta curiosa colección. En los cuartos podemos encontrar desde antiguos ositos de peluche hasta versiones más actuales que se visten como Indiana Jones o Batman. Una de las posesiones más valiosas del museo es la colección de Teddy Edward, basado en los libros de Patrick y Mollie Mathews y que cuenta los viajes del osito por distintos lugares del mundo.

El segundo piso de la exposición es el que realmente nos interesa, pues apenas subimos por las escaleras ya nos encontramos con la enorme cabeza del Nekobasu (ネコバス), quien nos recibe dispuestos a llevarnos a ese mundo de ensueño. La muestra reúne material sobre “Tonari no Totoro”( となりのトトロ), pero la verdadera estrella está tan solo a unos pasos de distancia. Un enorme Totoro de peluche (con casi 3 mts de altura) que nos espera para ser abrazado y perpetuar el momento con una fotografía (el paraguas corre por cuenta del museo). Es en ese momento que a uno le gustaría ser pequeño de nuevo y recuperar de un saque toda la magia.

Makurokurosuke, las partículas de polvo que aparecen al comienzo de la película, cuelgan de los techos del segundo piso y otra versión del Nekobasu invita a grandes y a pequeños a subirse a él para emprender un mágico recorrido. La esencia del bosque donde Totoro reside está concentrada en este pequeño museo, ubicado tan solo a unos kilómetros al norte de Tokio. Bello ¿No?

Fuente: En.RocketNews24.com / hiroshi@xiahpop.com

Video: niko_niki channel