¿Nippon o Nihon? Develamos el misterio

Nuestra existencia está llena de preguntas y cada uno de nosotros somos a la vez duda y certeza, un complejo entramado de signos de interrogación. Lejos de ser una cuestión de gramática o vocabulario, la forma en la que nombramos las cosas, los hechos y las experiencias, repercute directamente en nuestra visión de la realidad.

Antes de seguir avanzando es necesario desandar el camino por el que llegamos al nombre actual de la nación. Aparentemente el loquillo de Marco Polo en uno de sus viajes por China se topó con un lugar representado con los kanji 日本, leídos en chino como “Rìběn. Debido a las variaciones del dialecto de la zona, el nombre derivó en “Jipen”, traducido en “Los Viajes de Marco Polo” como “Zipangu”. Un par de vueltas por allá, otras por acá y con el paso de los años llegamos al actual Japón.

De todas formas antes de esos viajes, Japón era conocido como “Wa” o “Yamato”, utilizando el kanji 倭, llegando recién en el año 640 el dúo 日本, más allá de que por décadas siguió utilizándose la antigua denominación. Casi cuando el siglo VII era historia, el nombre viró a “Nippon” o “Jippon”, sobreviviendo esta dualidad hasta el día de hoy.

Dada la tradición, entonces, todo parecería indicar que Nippon es la manera correcta de referirse al país del Sol Naciente, pero una encuesta ha demostrado que el 61% de la población prefiere usar el término Nihon, siendo este particularmente popular entre los jóvenes. Es curioso que no haya habido hasta el momento algún documento oficial en el que se establezca la forma correcta, pues ya sabemos que en ese país hay una ley para cada cuestión. En 1934 hubo un intento por aclarar los tantos, pero todo quedó en la nada. Durante los últimos “debates” sobre esta temática el gobierno mantuvo su tradicional tesitura: los dos términos son aceptados por los ciudadanos y nosotros no vamos a cambiar eso optando por uno de ellos.

Pero dejemos un poco de lado las formas y volvamos a la fiesta. Pasaron 2.674 años desde que un 11 de Febrero del 660 AC el Emperador Jinmu sentó las bases de lo que se convertiría en el actual Japón, tal como se establece en el Nihonshoki (el segundo libro de historia más antiguo de esa nación). ¿Se dan cuenta porque hablamos de una cultura milenaria? Esa cifra suena enorme comparada con nuestra historia cercana, pues al lado de Japón nuestros países son aun bebes de pecho.

Las hojas del calendario siguen pasando  y generación tras generación se perpetúan los valores esenciales de una cultura que con claroscuros convierten a Japón en una gran Nación. Ya con una duda menos, y siendo Yamato, Nippon o Nihon la forma que elijamos, podemos seguir disfrutando de todas las maravillas que nos ofrece este país de Asia.

Fuente: RocketNews24.com / hiroshi@xiahpop.com