El telescopio LGTB en el anime: análisis de las diversidades sexuales en Japón.


Durante las notas anteriores, hemos recopilado una importante cantidad de personajes anime que escapan a la heteronormativa. A su vez, todos los otaku estamos actualizados en la “doble moral” japonesa respecto de la sexualidad. El japonés promedio esconde su sexualidad a la oscuridad de su habitación o al anonimato de su teclado. Durante las últimas décadas nos hemos informado sobre el aumento exponencial de las nuevas formas de satisfacción sexual japonesa. Todo un mercado que oscila entre el fetichismo, a las nuevas formas de erotismo vinculados con las nuevas tecnologías. Por lo general, la sexualidad japonesa, muy nutrida en fantasías, ya descree de la satisfacción con un Otro.

Acercándonos a un posible análisis de las sexualidades.

Recordemos que durante el último tiempo se dio el fenómeno “soshokukei” (草食(系)男子, Sōshoku(-kei) danshi) o traducido como “herbívoro” u “hombres herbívoros”, en donde dichos hombres en particular, rechazan el contacto sexual con una persona tanto sea del mismo sexo como del sexo opuesto en un 60% de la población joven, que rondaría entre los 18 y 30 años. A esto sumamos, la masiva población vieja y la minoría joven. Éste parece ser el caldo de cultivo para poder observar cómo nuestros personajes anime son paridos, cómo son aceptados y cómo rechazados.

Representaciones sociales de la sexualidad

Cuando notamos las particularidades de dichos personajes según sus orientaciones sexuales, nos permite de algún modo, discernir qué representaciones sociales se anclan en cada idea de sexualidad. Los homosexuales masculinos son considerados de una forma, las homosexuales femeninas de otra, los transexuales y los bisexuales también. Los japonólogos siempre se impresionan profundamente por las excentricidades de los nativos de la isla porque parecen tener un sólido sistema de ideas representaciones. Ya Jean-Claude Courdy cuando escribe “El milagro japonés. La vida cotidiana en el Imperio del Sol Naciente” (1979) se impacienta por rellenar e intentar explicarnos de qué manera esta población se ha consolidado con sus particularidades. Japón es un país que puede vivir de sus contradicciones, convive con ellas, las silencia y las limpia. 

Consideraciones sobre las homosexualidades.

Parece ser que para el imaginario japonés, la homosexualidad es un privilegio yaoi-yuri, en tanto solamente estos dos géneros puede mostrar la bestialidad de la sensación gay. Todos los personajes que no ingresan en estas categorías de anime, por lo general poseen una característica. Los homosexuales son tímidos, reservados, un manto de misterio los cubre. Las mayores excentricidades solamente parecen estar relacionadas con los transexuales que han ido más-allá-del-límite.

Shinji Ikari y sus preguntas sobre el amor por 边造-仕事募集.

Los homosexuales masculinos son reservados, sufren su condición o camuflan sus sentimientos en estrictas relaciones sociales. Recordemos el complejo vínculo que existe entre dos varones japoneses, desde los sufijos a sus formas de enunciarse o dirigirse. Los límites son muy delgados. A veces los occidentales confundimos sus relaciones de amistad por relaciones homoeróticos. O sencillamente, los occidentales algunos pasos en materia de derechos civiles más adelante, conocemos esos gestos y esas maneras.

 

Zabuza Momochi le suplica a Kakashi Hatake que lo acerque a Haku, tras haberse dado cuenta de sus verdaderos sentimientos por Haku. Naruto el gran socrático que lo empuja a blanquearse.

Si espiamos un momento, encontramos el hermetismo de Toya Kinomoto y Yukito Tsuchihiro, o el conflicto erótico y mental de Kaworu Nagisa y Shinji Ikari, o también la amor implícito y secreto de Zabuza Momochi y Haku. Existe algo que es particular, el amor homosexual masculino se vive con secretos y con conflictos, también encerrado en la oscuridad de una habitación. Las fujoshi armaran fantasías como castillos de arena, pero nunca tendrán el momento crucial, el momento de intimidad.

El mayor secreto de las CLAMP: Toya y Yukito, compartían momentos de obvio romance.

Respecto de las mujeres, la homosexualidad femenina parece estar mejor aceptada, pero exclusivamente en el terreno más voiyeurista. Las relaciones homosexuales femeninas parece oscilar entre dos grandes extremos. Una mujer masculina con una mujer muy femenina o dos mujeres muy femeninas para el ideal japonés y la demanda perversa del ojo adulto.

Las mujeres en el anime parecen tener las cosas más claras. Sus sentimientos si bien son circulares y sus pensamientos son laberínticos, saben lo que quieren y saben lo que desean pese al juego histérico que rodee a la relación. Recordemos a Haruka y Michiru en Sailor Moon o Fatora y Alielle en El-Hazard, en la primera relación el notable carácter masculino de Haruka era suavizado con el ideal de “madurez” de Michiru. Como la crueldad de Fatora era enternecida por la incondicionalidad de Alielle.

Fatora y Alielle tenían una relación de complicidad homosexual y poligámica.

Parecen existir características de la personalidad que prometen ser sencillamente masculinos y otros femeninos. Por ejemplo: el afán de competencia es una característica exclusiva de los varones o las lesbianas, como también el gran apetito o la expresión escandalosa de sus sentimientos. Parece ser que el arreglo floral es en excelencia femenino y pasivo, como la limpieza o el orden excesivo.

Summum maximum en vínculo yuri por fuera de ése género. Imaginemos cuánto han padecido los censores al ver la relación Haruka y Michiru.

Transexuales y Travestis.

A los transexuales y travestis se les permite todo. Todos los estos personajes están constituidos en la excentricidad, de no ser una excentricidad de comportamiento, aunque sea lo es visual o indumentaria. Hemos conocido que en la vorágine japonesa de ropa y accesorios, los detalles ambiguos son aceptados especialmente en los soshokukei” pero si uno además agrega a los personajes trans&travestis, nota que ellos representarían la superación de la modestia y la vergüenza japonesas: son llamativos, son exagerados, son fuertes. 

El épico momento de Bon Clay defendiendo a Luffy de los lobos en One Piece. Bon Clay es un okama incondicional, extraño, cómico y algo loco.

Una mirada a estos personajes nos demuestra que los Okama de One Piece han ganado su carta de ciudadanía como guerreros legendarios. Como Zabon de Dragon Ball o los repetidos caballeros de Oro, Plata y Bronce en a saga de Saint Seiya que se disputaban con sus pares batallas épicas. Pese a esto, notamos que de su fortaleza y su indiferencia a la pesada opinión pública y tradicional japonesa.

Isabella en Paradise Kiss, da cátedra de femineidad, pese a su mayor secreto: haber nacido hombre. Espectacular en su simplicidad gestual y llamativa en sus Aindumentaria.

Bisexuales

Los bisexuales parecen ser los más extraños de todos, en relación a que sólo muy pocos han emergido del anime. Entre ellos encontramos a Syaoran en “Sakura Card Captor” en donde dicho pequeño cambia de un objeto de amor masculino como Yukito a uno femenino como Sakura con mucha honestidad y frescura. Como también Mamoru o Darien de “Sailor Moon” en donde una película nos demostró lo versátil que podía ser el Príncipe de Usagi. Johji de Paradise Kiss, se llama a sí mismo “bisexual” mientras deja caer un manto de seducción sobre él.

Syaoran junto con Sakura presenciando a Yukito, ambos colorados por sus sentimientos hacia él. Más tarde, Syaoran se decidirá por Sakura y será un amor correspondido.

La ambigüedad en la sexualidad y el anime.

Insisto en que hemos encontrado el principal adjetivo de todos estos personajes, y muchos otros no leídos: la ambigüedad.

Si realizamos un recuento de muchos de los personajes en ellos existe la ambigüedad y la dificultad para poder clasificar sus relaciones o sus sentimientos. Los japoneses parecen padecer de esta exigencia clasificatoria y mientras tanto inhiben sus mayores movimientos. Gran parte de nuestros personajes se han visto en situaciones de inhibición, se sonrojan, se intimidan. ¿Acaso no es éste hermoso detalle lo que nos fascina de esta animación? Desde el vínculo Naruto a Sasuke, pasando por Shum de Andrómeda e Hyoga en la casa VII de Libra, a Rin y Haru en “Free!”, a la intensidad de Tomoyo por Sakura en “Sakura Crad Captor” podemos meditar un largo rato. 

Jean-Claude Milner, cuando escribe un texto de tinte epistemológico llamado “El periplo estructural” nos explica a través de la homosexualidad cómo Occidente se organizó respecto a este punto y respecto a todo. Occidente dividió todo bajo dos grandes criterios importantes:

  1. Por Physis: Según naturaleza. Es decir, las cosas entendidas gracias a la idea humana de lo-natural.
  2. Por Thesis: Según la convención. Es decir, lo que más tarde se llamará cultura o sociedad. 

Tales polaridades a los occidentales nos permitió también ubicar las diversidades sexuales. Por ejemplo, se desarrollaron hipótesis de cómo considerar la homosexualidad. Si aislada en un gen que nos demostraría una legítima “minoría genética” o si tal existencia es creada por muchos factores, como por ejemplo, la crianza y las primeras relaciones afectivas como determinante. Japón y Asia en general, no hizo este recorrido, no plantea esta dinámica de ping-pong.

Japón ha suspendido dicha respuesta a tal problemática, como lo ha hecho con muchas otras cuestiones, como por ejemplo, el suicidio. Los japoneses se muestran silenciosos y se escandalizan, pero disfrutan al mismo tiempo que se avergüenzan de dichos anime y de dichos personajes como nosotros. Porque éso es lo maravilloso de la ficción y de la animación, como la identificación es el vuelo de uno sobre otro personaje ficticio, es ése secreto, lo que nos permite soñar con ser otras personas, inspirarnos, sufrir, enojarse, llorar.

Tal vez, los japoneses han aprendido en su silencio, a drenar lo que no pueden hacer en acto. 

Dattebayo! ~