La cultura que rodea a estas mujeres buceadoras de la isla de Jeju es considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO desde 2016. Actualmente, son uno de los símbolos y atractivos turísticos más importantes de esta región de Corea del Sur.

Haenyeo (해녀) se traduce como “mujeres del mar”, y no podría haber nombre más apropiado para estas buceadoras que se sumergen en las aguas del Pacífico sin ningún tipo de equipamiento: hacen buceo a pulmón, sin tanques de oxígeno, para recolectar frutos del mar. Esta técnica es llamada muljil

Esta actividad es exclusiva de las mujeres de Jeju, y es considerada una parte importante de la tradición y la cultura de esta isla. Surgió de la necesidad de la población de aprovechar las ventajas que brinda el océano, ya que la naturaleza volcánica de la región la hace poco apta para cultivos agrícolas. Los productos marinos recolectados son luego vendidos como forma de sustento de las familias de las mujeres haenyeo.

Las haenyeo realizan inmersiones sin ningún tipo de asistencia: tras tomar aire en la superficie, se sumergen conteniendo dicho aire. El tiempo que pueda aguantar debajo del agua dependerá de cada haenyeo, tiempo que se consigue y se optimiza a través de un arduo entrenamiento que comienza en la infancia. Las mujeres del mar más veteranas pueden alcanzar hasta los 10 metros de profundidad en cada sumergida. Algunas de estas mujeres son ya octogenarias, pero continúan dedicándose a esta actividad, y la mayoría de ellas pasan los 50 años de edad.

El periodo de actividad de las Haenyeo abarca los tres meses del verano y el invierno coreanos, y dura un promedio de siete horas diarias. Es un trabajo agotador y peligroso, pero que ha sobrevivido al paso de los siglos como la fuente de identidad más grande de las mujeres de la isla Jeju.

Un trabajo milenario

Se estima que ya en el año 434 esta forma de trabajo era común en Jeju. Otros registros establecen que se remonta hasta antes de la época de los Tres Reinos (principios del siglo IV a.C. hasta el 668 d.C.)

En sus inicios, esta ocupación era potestad de los hombres de la isla, a excepción de sus esposas que trabajaban junto a ellos. Los buceadores recolectaban abulones, almejas y otros frutos del mar, para enviar al emperador. Además, las perlas que adornaban las joyas y los objetos decorativos de la realeza coreana provenían del trabajo de estos buceadores, sobre todo durante la dinastía Joseon.

En el siglo XVII, los hombres debieron dejar sus puestos de trabajo y marchar a la guerra. Sus puestos fueron ocupados por las mujeres, quienes debieron continuar con la actividad para evitar perder el sustento de sus familias.

Con el paso de los años, se descubrió que las mujeres, debido a su contextura física y su mayor resistencia al agua fría de las costas de Jeju, podían soportar más tiempo en el agua y alcanzar mayores profundidades. Así, para el siglo XVIII, ya no quedaba ningún hombre dentro de este grupo de buceadoras, y se las comenzó a llamar haenyeo.

Las haenyeo se convirtieron en las primeras mujeres de Corea en contar con trabajos remunerados reconocidos. Un verdadero desafío a los estrictos roles de género de la sociedad coreana confuciana del momento.

Habilidad “sobrehumana”

La técnica de buceo sin asistencia utilizada por las haenyeo requiere años de práctica. 

Ellas ya saben nadar casi a la perfección a los ocho años, y continúan entrenándose en el muljil para convertirse en haenyeo infantiles a los quince años. Realizan tareas menos complejas hasta los dieciocho, cuando pasan a trabajar a la par de las más expertas, quienes continúan entrenándolas incluso entonces. 

Los requisitos son muy estrictos: solo pueden continuar quienes consigan controlar de forma autónoma su propio tiempo de inmersión, detectar la presión del agua y calcular la cantidad de oxígeno que les queda y la distancia que las separa de la superficie. Además, deben ser expertas en reconocer la geografía marítima y las especies que la habitan, y poder conservar la calma cuando nadan cerca de peces grandes.

El “sumbisori”

Con este nombre se conoce al particular sonido que hacen las haenyeo al emerger a la superficie.

Este silbido se produce cuando las haenyeo inhalan oxígeno y exhalan el dióxido de carbono que acumularon durante todos esos minutos que pasaron en sumersión. Es lo que permite a las mujeres del mar trabajar por largos períodos sin necesitar descansos cada vez que emergen.

Una tradición que desaparece

Las haenyeo son Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO desde 2016, y gozan aún hoy de un gran prestigio en la sociedad isleña, aunque ya no son tan necesarias dentro de la economía modernizada de la isla.

Sin embargo, la mayoría de las mujeres del mar ya son adultas mayores. Sus hijas y nietas prefieren buscar mejores oportunidades laborales. Por esta razón, las haenyeo fueron poco a poco envejeciendo y desapareciendo.

El trabajo de las haenyeo es también muy peligroso y exigente para la salud. Ellas se sumergen solo con gafas de buceo, aletas, una red, un peso y una bolsa, y los días de frío descansan empapadas cerca de unas fogatas llamadas bulteok. Hasta el siglo pasado, se sumergían con trajes de algodón, traje que hoy fue reemplazado por uno de neopreno. 

Su importancia

Desde pequeñas, a las haenyeo se les enseña a ver la naturaleza no como una fuente inagotable de recursos, sino como una entidad que debe ser respetada y honrada. Por eso es que respetan los tiempos de reproducción de las especies que capturan, y los de las estaciones.

Su conocimiento del océano y sus misterios no tiene nada que envidiarle al de un experto científico, y son una fuente de inspiración por haber desafiado los roles de género de su época. 

Para preservar esta tradición, las autoridades de la isla otorgaron beneficios a las haenyeo: les dan acceso a los trajes de buceo de forma gratuita y desde 2002 cuentan con seguro médico gratis.

Si les gustó mi nota, tengo más para contarte en @carladepalabras

Nota creada en septiembre del 2021 y actualizada en marzo del 2022 | FUENTES: Google Arts & Culture, UNESCO (Patrimonio Inmaterial), UNESCO ORG.,  Mujeres a Seguir | Redacción: Carla Bastien | ©2008-2021 XiahPop | Todos los derechos Reservados | All Rights Reserved