30MDQFEST: “Office” de Johnnie To (Reseña)
Sin dudas la visita de Johnnie To se convirtió en uno de los hechos más trascendentes de esta última edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Artífice de una filmografía tan variada como reconocida donde la acción da también lugar paso a la comedia romántica o al absurdo, visitó la ciudad atlántica para presentar personalmente su último proyecto: “Office” (華麗上班族), un musical 3D que se convierte todo un hallazgo en la obra del famoso director hongkonés.
¿De qué va la cuestión? Aunque estemos del otro lado del mundo somos todos testigos indirectos del crecimiento comercial, industrial y cultural de China, país en las últimas décadas dio un giro marcado hacia una sociedad de consumo con ciertas notas de capitalismo voraz. La oficina que da título al film, sede de un importante conglomerado dirigido por Chow Yun-Fat, será casi el exclusivo escenario en el que transcurrirá la acción. Dos nuevos empleados se suman a la compañía y deberán aprender desde cero cuales son los particulares códigos que rigen la vida dentro de esas paredes. Acá hacemos una pausa, pues vale destacar la primera apuesta estética a la que recurre To: no hay paredes. En “Office”, como si se tratara de un panóptico new age, las divisiones estructurales son ilusorias pues toda la puesta en escena está apoyada en una escenografía moderna en la que todo puede ser visto y que por momento da indicios de ser una especie de hibridación entre el neón de los cincuenta y los leds del nuevo milenio.
Silvya Chang (a quién también pudimos ver hace poco en “Mountains May Depart”), la CEO de la compañía, es una mujer de armas tomar con un marcado carácter competitivo y poseedora de los encantos necesarios para sobrevivir en el medio de la vorágine de ese particular mundillo de negocios y finanzas. La bella Lang Yueting trae un aire nuevo a la compañía, pero es el recién llegado Wang Ziyi quien se propone ascender en la jerarquía que impera dentro de esa jaula de vanidades. Pondrá en juego sus sueños, todo ello amparado en su vital entusiasmo y una capacidad instintiva para generar ideas, justo lo que la compañía necesita para sortear la crisis que ya se avizora. Las relaciones amorosas entre compañeros y ejecutivos, el apetito por el dinero y alguna que otra apreciación irónica sobre la actual situación del capitalismo global serán los pilares sobre los que se asentará el argumento.
Como era de esperar en un musical, son ese tipo de intervenciones las que marcan el ritmo de la película, con un resultado dispar respecto de lo que suman o aportan a la trama. Casi no hay escenas coreografiadas, más allá de escenas con movimientos coordinados que acompañan a las canciones. Respecto del 3D, las opiniones que he escuchado van desde aquellas que sostienen que To no usó este recurso de la mejor manera hasta las del otro extremo que destacan como un hallazgo el uso de esa tecnología en una película de esta categoría. Fue el propio Johnnie quien en la conferencia de prensa señaló que Office fue una especie de laboratorio para proyectos futuros, una oportunidad para probar algunas ideas e innovar respecto a trabajos anteriores; hecho que se evidencia claramente en toda la película.
“Office” es un film entretenido, vigoroso por momentos y muy honesto en cuanto a lo que propone. Esperar algo diferente de esta película es pretender encontrar la quintaesencia de la filmografía de To en un proyecto que no fue concebido con esa finalidad.
Por Hiroshi (@cinemastodonte)