HISTORIA BREVE DE LA INMIGRACIÓN COREANA EN LA ARGENTINA
Si bien las relaciones diplomáticas entre Argentina y Corea del Sur se establecieron en 1962, las primeras familias coreanas no llegaron a nuestro país hasta octubre de 1965.
Existen algunos registros que demuestren la presencia de unos pocos coreanos en Argentina ya en 1940, cuando Corea era una colonia japonesa. Sin embargo, los primeros inmigrantes coreanos conocidos en Argentina fueron doce prisioneros norcoreanos de la Guerra de Corea que se negaron a la repatriación ofrecida bajo los términos del Acuerdo de Armisticio de Corea, y eligieron en su lugar empezar una nueva vida en otro continente; fueron finalmente re ubicados en Argentina en 1956 y 1957 por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Los surcoreanos llegaron por primera vez a la Argentina en la década de 1960, en virtud de un acuerdo intergubernamental entre los dos países. Los primeros que comenzaron a llegar en 1962 como re-migrantes de las comunidades de coreanos en el Paraguay y en Chile. Sin embargo, la fecha más a menudo identificada como el inicio de la migración coreana a la Argentina es el 14 de octubre de 1965, cuando un grupo de trece familias de Busan llegó por barco a Buenos Aires rumbo a Choele Choel, en la provincia de Río Negro. Entre 1970 y 1978, quinientas familias más, un total de 2.800 personas, llegaron a la Argentina, con la intención específica del gobierno argentino de que se establecieran en las zonas rurales menos desarrolladas de Argentina. Se suponía que los nuevos inmigrantes poseyeran experiencia agrícola en Corea; sin embargo, pocos realmente la tenían. Debido a la falta de infraestructura económica y oportunidades de empleo en esas regiones, se vieron obligados a reinstalarse en centros urbanos.
Inmigración masiva
La afluencia más grande y más notable de inmigrantes coreanos en Argentina se inició en la década de 1980. El número total de migrantes entre 1965 y 1985 solo ascendió a unos 6.000, pero comenzó a aumentar bruscamente después de aquello. Por aquel entonces, Corea del Sur era un país moderno e industrializado, pero la fuerte recesión proporcionó un factor de empuje para la migración hacia el extranjero; la firma del Acto de Procedimiento entre los gobiernos de Argentina y Corea del Sur ese año estableció y favoreció la migración. La obtención de la residencia no era barata; aquellos empresarios que buscaban establecerse y obtener un permiso de residencia tenían que invertir 100.000 dólares estadounidenses. La población alcanzó un máximo de unas 50.000 personas en 1996.
A finales de la década de 1990, la migración llegó en gran medida a su fin, y el tamaño de la comunidad comenzó a disminuir; hubo algunos casos de nuevos inmigrantes que lograron la reagrupación familiar, y algunos otros fueron deportados del país, pero la principal causa de la disminución de la comunidad fue la re-emigración, principalmente hacia Canadá y Estados Unidos. El destino más común en los Estados Unidos, no solo para los coreanos, sino también para los demás argentinos, era Miami, Florida, que ya alberga a una comunidad latina floreciente. Debido a sus habilidades multilingües y experiencia en los negocios, a los coreanos normalmente les fue mejor en el mercado laboral que los otros emigrantes procedentes de Argentina.
¿Dónde se asentaron?
Desde hace décadas que una zona del sur del barrio de Flores cambió completamente su aspecto. Allí se asentaron la mayoría de los coreanos que llegaron al país, en lo que hoy muchos conocen como “barrio coreano” o “baek-ku”. No es casual que la calle principal de la zona, continuación de Av. Carabobo, lleve el nombre Corea.
Desde 1989, las cuadras finales de la avenida Carabobo se llaman Corea o calle Corea en reconocimiento al barrio que comenzó a formarse en la década de 1960, con la llegada de los migrantes coreanos a la zona. Es una de las avenidas centrales del barrio, por lo cual, podemos encontrar comercios de todo tipo: panaderías con productos típicos, videoclubs con títulos de películas en coreano, casas de moda, vidrierías, talleres mecánicos, supermercados, etc. Muchos de ellos, comercios de y para coreanos, que hasta hace pocos años, todavía llevaban sus carteles sólo en hangeul (idioma coreano).
Por motivos comerciales, también eligieron el barrio de Once. Y del otro lado de la Av. Rivadavia, además, se instalaron sobre la Av. Avellaneda. Como afirma Carolina Mera, autora del libro ‘La inmigración coreana en Buenos Aires (1998)‘
“la movilidad social representada en el desplazamiento geográfico está íntimamente ligada al crecimiento económico y especialmente a la apertura de nuevos locales comerciales; mientras que el barrio originalmente de residencia se vuelve cada vez más de consumo étnico”.
A fines de la década del 90, debido a la crisis económica que golpeó a pequeños y medianos comerciantes, muchos negocios de propietarios coreanos cerraron. Y a partir de la crisis de 2001, especialmente, aquellos que tenían un comercio en Once y otro en Avellaneda privilegiaron este último y cerraron el de Once. Así fue como se redujo considerablemente la cantidad de comercios de propietarios coreanos en esa zona y se hizo más importante para la comunidad la de Avellaneda.
Baek-ku, el barrio coreano en Argentina
A unas 15 cuadras de la avenida Rivadavia, Carabobo cambia su nombre a Corea. Es señal, entre otras cosas, de que está empezando el centro del barrio coreano de la ciudad.
Coreatown, Pequeña Corea, Little Corea, Baek-ku. Todas ellas son formas de nombrar a este barrio modesto, habitado por sectores medios y populares. Desde la avenida Eva Perón hasta Castañares, y con una gran concentración en la avenida Carabobo y la calle Corea se encuentra gran parte de la comunidad coreana de la ciudad.
Hasta fines de los noventa, muchos de los carteles y leyendas de sus principales comercios estaban sólo en coreano. Carteles de publicidad, peluquerías, panaderías, farmacias, inmobiliarias, casas de computación, de regalos. Hasta los precios figuraban en coreano en estos comercios dirigidos específicamente al consumo étnico-comunitario.
Vida institucional
Los coreanos residentes en la ciudad cuentan con una fuerte tendencia a crear instituciones y agruparse, y su concentración territorial en el barrio de Flores Sur ha acrecentado esa tendencia. Las iglesias son, por lo general, el centro de sus redes sociales y del barrio. Como asegura una famosa frase coreana:
“Si se juntan tres chinos, abren un restaurante; si se juntan tres japoneses, establecen una compañía; y si se juntan tres coreanos, empiezan una iglesia”.
Actualmente, la colectividad coreana cuenta en Argentina con 40 iglesias evangélicas, una católica y dos templos budistas. Desde el principio, las iglesias fueron el eje de la estructura comunitaria. Es importante el siguiente dato: a menos de un año de la llegada de la primera oleada de migrantes coreanos registrada en el país, en marzo de 1966, se fundó la Iglesia Evangélica Presbiteriana Coreana (Han In); y cuatro años después se fundó la Iglesia Católica Coreana. En esa primera etapa, las iglesias contribuyeron a armar la comunidad, funcionaron como fuente de información, como contención emocional y afectiva, como mediación entre las dos culturas y como centro de sociabilidad.
La educación de la historia, el idioma y la cultura también comenzaron a través de los lugares de culto. Para niños, adolescentes y adultos. Hoy en día, sin embargo, la escuela bilingüe coreano-español cambió el panorama de la colectividad en este sentido.
Asociación Coreana Argentina
Las dificultades de enfrentar una cultura diferente todos los días fue lo que motivó la creación de la Asociación Coreana Argentina. Esta institución, fundada en 1966, se dedicó a conseguir vivienda, salud, documentación y todo aquello que pudiera ser un obstáculo para la vida cotidiana de una persona que recién llega a un país nuevo y muchas veces desconocido.
ICA – Instituto Coreano Argentino
En poco tiempo, el Instituto Coreano Argentino (ICA) pasó de ser una “escuela de sábados” destinada a la enseñanza de la lengua y la cultura coreana a convertirse en una escuela primaria trilingüe (castellano, coreano e inglés), incorporada al plan de estudios oficial. Desarrolla, además, actividades extracurriculares, como cursos abiertos de idioma coreano.
Cámara de Empresarios Coreanos en la Argentina
La institución encargada de agrupar a los pequeños y medianos empresarios de la colectividad es la CAEMCA-Cámara de Empresarios Coreanos en la Argentina. Nuclea alrededor de 850 locales en el país, los cuales se concentran principalmente en la Avenida Avellaneda, en el barrio de Flores, y se dedican a la industria textil.
Centro Cultural Coreano
Desde su apertura, en noviembre de 2006, el Centro Cultural Coreano se ha convertido en el epicentro de la cultura coreana en Buenos Aires. No sólo se encarga de la parte artística. Lleva a cabo también eventos y actividades para difundir su historia, su idioma, su gastronomía, sus costumbres y todo lo referente a su cultura.
2015, aniversario por los 50 años de la Inmigración Coreana en la Argentina
Argentina estará de fiesta este 2015 y Corea será el protagonista principal de varios eventos. El motivo: la colectividad coreana festejará los 50 años de la Inmigración Coreana en Argentina.
Varios días festivos nos acompañaran, entre ellos podremos disfrutar de un DÍA DE COREA 2015 organizado por la Asociación coreana en la argentina.
Xiahpop estará cubriendo el evento y dando una mano para que sea un día inolvidable, así como lo fue el gran evento en sus manos allá por el 2013.
Créditos: buenosaires.gob.ar vía Día de Corea 2015 + Fotos La Nación