Llega La Zona de Interés, una película que busca dar una mirada diferente a un tema tratado en reiteradas ocasiones a lo largo de décadas…

Una pantalla negra nos recibe, creando incertidumbre y expectación en los presentes de la sala, luego nos introduce a la familia cuyas vidas compartiremos por un breve período de tiempo. Una familia numerosa, donde se ve el cariño que se profesan entre sí; todo parecería normal a excepción de que no estamos ante cualquier familia.

En La Zona de Interés somos testigos de cómo es la vida de una familia alemana, los Höss, cuyo hogar lidera con Auschwitz, el tristemente célebre campo de concentración donde se exterminaron miles de personas durante la Segunda Guerra Mundial.

Los vemos llevar una vida que pareciera normal, solamente si dejamos de lado que el sonido que los acompaña durante todo el día es de disparos y gritos de las personas perdiendo la vida a unos metros de ellos. 

El director

El director nos trae una creación llena de sutilezas que nos ayudan a entender ese entorno, esa vida idílica que creen llevar, negando la horrible realidad con la que conviven. La casa, especialmente el jardín creado por la esposa, significando una especie de oasis artificial donde pasan el tiempo, los niños juegan, reciben a las amistades y donde el padre de familia observa las cenizas provenientes de los hornos. Esa es la zona de interés, el resto no importa, puede ser tapado. 

A su vez, tenemos momentos que buscan despertar algo en la persona que está viendo la cinta, provocando momentos incómodos y duros, no de ver, sino de escuchar. La música es penetrante, fuerte, al igual que los sonidos provenientes de sus vecinos.

El guion está basado libremente en la novela del mismo nombre, escrito por Martin Amis. La historia del libro es más amplia, mientras que la cinta decide únicamente mostrarnos el entorno familiar.

Es así como la película se muestra como un microrrelato experimental por parte de este director, Jonathan Glazer, que dio que hablar en la década de los 90´ con videos musicales multipremiados como Karma Police de Radiohead, Virtual Insanity de Jamiroquai, The Universal de Blur y A Song for the Lovers de Richard Ashcroft entre otros.

Las actuaciones

La actuación acompaña muy bien a la cinta, recayendo en Christian Friedel y Sandra Hüller los papeles principales, que saben encarnar este matrimonio cariñoso, cómplice que es capaz de todo con tal de seguir viviendo en esta realidad alterna, que mientras a la noche hablan de vacaciones pasadas y futuras mientras a la mañana ninguna duda del papel siniestro que llevan a cabo.

¿Vale la pena ver La Zona de Interés?

Sin dudas fue una película que me sorprendió en más de un sentido, utilizando elementos como la música, ciertos planos y detalles que buscan experimentar para contar algo diferente. Y pienso que funciona, que es un experimento que sale bien y que vale la pena ver.

Aunque soy consciente que no es para todos, cuenta con un ritmo lento y hay que prestarle atención, no es para poner de fondo ni para verla mientras se revisa el celular, creo que si se le da un vistazo con la intención de darle su tiempo, no habrá decepciones.  

Créditos: Diamond Films | Redacción: Estefanía Figueroa © 2024 Todos los derechos reservados a Xiahpop®