Lost in Translation: Las 10 cosas que molestan a los turistas japoneses


Para vos que disfrutas de las listas, es momento de traer algo de equilibrio al orden universal y contarte esas 10 cosas que a los japoneses les molesta de Estados Unidos, y por ende, de gran parte de Occidente.

Todos somos conscientes de la importancia que tiene el país del Norte como generador de tendencia, exportador de modos de vida y globalización cultural. Por ese motivo, quizá mucha de esas cosas con las que los nipones se sienten incómodos en el país de Miley Cyrus, se pueden replicar a la vuelta de tu casa, o incluso en tu propia sala de estar. Hagamos entonces un recorrido por esas cosas que convierten la experiencia occidental en algo un poco oscuro.

Aviones no tan limpios

Las cosas ya se ponen un poco incomodas en el mismísimo viaje. Amantes de la pulcritud y la extrema higiene en los espacios públicos, la falencia en la limpieza de muchas aerolíneas occidentales es uno de los principales puntos negativos que los viajantes japoneses señalan. Asientos desarreglados, poca limpieza en áreas comunes; detalles que restan puntos.

Nuestros caños no los conforman

No se me hubiese ocurrido nunca criticar las instalaciones sanitarias de otro país, pero al parecer este es otro detalle critico en la experiencia turística de todo japonés que se digne de tal. La falta de presión de agua al momento de la ducha y la temperatura son factores claves en el alojamiento de nuestros amigos orientales, y al parecer no estamos a la altura de las circunstancias. Sabemos por el anime, las películas y los mangas, la importancia que le dan a la ceremonia del baño y que algo no funcione correctamente en ese momento es una afrenta contra su honor. Ok, exagero, pero les molesta.

Dar propina

Al parecer el tema de la propina es otro de los puntos álgidos de la experiencia turística. En la mayoría de los lugares de comidas occidentales, se entiende que la propina es casi una obligación para con el servicio de mesa, llegando incluso en unos países a estar perfectamente regulada por las normativas locales.

En otros, la tradición hace que sea de malos modales no dejar una cantidad simbólica de dinero después de que nos retiramos. Al parecer en Japón no pasa lo mismo, ya que el cliente entiende que el precio de la comida y el cubierto cubre perfectamente ese ítem y no es necesario un estimulo posterior a la labor del mesero (pues lo sueldos bastarían para satisfacer sus necesidades).

Por eso, cuando se ven en la situación de dejar algo de propina, se sienten un poco incómodos e incluso molestos. Un paralelo lo ilustra mejor: ¿Cómo te sentirías dejando propina en un Mc Donalds? Bien, así lo sienten por allá.

Colas y más colas

El autoservicio es uno de los pequeños orgullos nipones. La pulcritud, eficiencia y rapidez de quienes atienden esos negocios hace que todo el sistema funcione perfectamente. El problema cuando viajan a América es que se topan con enormes colas, que en algunos casos son causa de un problema con el servicio, pero que en otros son solo el resultado del pequeño charloteo que se da entre el cliente y el empleado. Cuestiones culturales que hacen a lo cotidiano, pero con el contraste magnifican su importancia.

La pesadilla del hisopo

Llegamos a un punto en el que el mas mínimo detalle se puede volver en algo infernal. Es así que la calidad de los hisopos occidentales es todo un martirio para el japonés promedio que tanto empeño pone en la salud de su aparato auditivo.

Al parecer, los estándares locales no logran satisfacer la petulancia de las orejas niponas y convierten la experiencia de hurgar en esos lados en algo realmente fatídico. Para nosotros quizá es un detalle que pasa inadvertido, pero en determinado contexto adquiere singular valor. El color es otro factor determinante. Aparentemente en Japón prefieren los hisopos negros, pues disimulan mejor el posible resultado de esa investigación cotidiana en las profundidades cerosas del cerebro.

Tacheros locos

Los taxis son otro de los orgullos urbanos de la Isla. Todo aquel que tuvo la experiencia de visitar ese país sabe que el servicio es muy diferente al que solemos estar acostumbrados, y ser taxista en Tokio no es lo mismo que en cualquier otra urbe de Occidente. Por ese motivo, los turistas japoneses padecen la informalidad de los conductores de taxi de nuestro continente. Los tildan de caprichosos, egoístas, maleducados, desconsiderados y otro tanto de adjetivos calificativos que no hacen más que contrastar dos realidades completamente distintas.

El cigarrillo

Los japoneses se ven muy decepcionado con los precios que ese producto alcanza en Estados Unidos y en otros países del lado occidental. En algunos casos la diferencia es casi del doble, lo que convierte a cada pitada en una experiencia ostentosa y de puro lujo. Yo no sé porque no se relajan y se dedican a disfrutar del viaje, pero seguramente todos nosotros tenemos algo que criticar de los destinos que visitamos.

¿Dónde está mi mochila?

Sin dudas que en este punto nos enfrentamos con una de las grandes pesadillas de cualquier pasajero, sea chino, japonés, nigeriano o francés: la perdida del equipaje. Este es un problema que se extiende a todos los aeropuertos del mundo, pero al parecer los de Japón tienen un número de perdidas considerablemente menor. Frente a eso, las posibilidades de extraviar sus pertenencias se potencia en cualquier otro destino, traduciéndose en un dolor de cabeza capaz de arruinar toda la estadía.

Juguemos al “cuarto oscuro” 

Tal vez nos pueda resultar un tanto curioso, pero la mayoría de los japoneses encuentran nuestra habitaciones, lugares de esparcimiento y demás espacios, algo oscuros. Acostumbrados a un brillo solar en todos los cuartos, los visitantes de aquel país se sienten a oscuras cuando visitan las medias luces de nuestra ciudades. ¿Será entonces que si nosotros vamos a Japón tenemos que usar anteojos de sol dentro del boliche?

Maquinitas para todo (y nada)

Llegamos al ultimo punto de nuestro recorrido y en el nos topamos con una de las cuestiones que más complican la estadía de nuestros amigos japoneses en tierra americana: la ausencia de maquinas expendedoras. Nosotros no notamos la poca proliferación que hay de estas cosas en los espacios públicos, pero si venís de un país en el que tenes una maquina expendedora para cada cosa que necesitas (alimentación, bebida, higiene, entretenimiento,intimidad), puede resultar un poco frustrante ese vacío existencial. No todo es poner una monedita y sacar algo de una puertita amigo nipón.

Creo que hemos cubierto con estas cuestiones un panorama bastante amplio de cosas pequeñas que pese a no arruinar el viaje, se convierten en inconvenientes cotidianos para el visitante extranjero.

Particularmente no me siento identificado con ninguna de ellas, pero tendría que ponerme en los zapatos de ese japonés ávido de una grata experiencia occidental. Seguramente nuestra visita a Japón puede originar una nota de similares características, pero por el momento ese viaje no lo tengo programado.

– Fuente: RocketNews24.com / hiroshi@xiapop.com

¿Cuál de todas estas quejas te parecio la más curiosa? ¿Y la más ridícula? ¿Qué es lo que más te molesta cuando vas de viaje a un país que no conoces? Tus respuestas y experiencias hacen de esta nota algo más divertido, compartilas.