Okiku Ningyou: la muñeca con alma

Cuenta la leyenda que las muñecas pueden atrapar espíritus que no están listos para irse. Okiku es probablemente una de las muñecas más famosas de Japón. Ya que contiene el alma de su dueña dentro, y sigue cambiando con el pasar de los años.

Una niña y su muñeca

En 1918 Eikichi Suzuki realizó un viaje a la ciudad de Sapporo, en la prefectura de Hokkaido. Allí compró una muñeca que sabía le gustaría a su pequeña hermana Kikuko. La muñeca media unos 40 cm de alto, vestía un kimono tradicional y un corte de pelo que apenas le llebaga a los hombros.
La niña de tres años adoraba su nueva muñeca. Tenía mucho cuidado con ella, ya que era de porcelana, y la nombró Okiku, una variación de su propio nombre.

Poco tiempo después, Kikuko contrajo una enfermedad que la tuvo en cama durante 5 meses, finalmente murió al complicarse con una influenza.
Según la tradición shintoísta, el cuerpo de la pequeña debía ser cremado junto con sus objetos favoritos, pero de algún modo la muñeca quedó atrás. Más tarde, al darse cuenta, los padres pusieron a Okiku en un altar al lado de las cenizas de su hija. Ahí fue cuando las cosas empezaron a ponerse extrañas…

El pelo, antes corto, de Okiku comenzó a crecer hasta casi las rodillas y a despeinarse misteriosamente. Y aunque fue cortado varias veces, el pelo sigue creciendo hasta el mismo largo una y otra vez.
Pero no sólo el pelo de esta muñeca cambia con el tiempo. Al parecer, su boca empezó a abrirse también algunos milímetros por década.

La leyenda de Okiku

En 1938 la familia se trasladó a otra localidad, pero no querían llevar a Okiku con ellos (posiblemente por temor a que la “magia” de la muñeca se debiera a la proximidad con su hija descansando en ese lugar), por lo tanto lo llevaron al templo Mannenji. Aquí informaron al sacerdote del cabello de la muñeca, y el sacerdote, con el tiempo, pudo confirmar que la historia era verdadera, el cabello sí crecía.
Periódicamente el cabello tendría un recorte y pronto las fotos de la muñeca con diferentes longitudes comenzaron a adornar el pequeño santuario, dedicado a “Okiku la muñeca“.

Las muñecas Ichimatsu

Las muñecas ichimatsu (市松人形) son una invención de la era de Edo. El Ichimatsu original fue nombrado después de un actor Kabuki del siglo 18, Sanogawa Ichimatsu. Representan a niñas y niños japoneses en sus kimonos de seda, en proporciones correctas, con ojos de vidrio y, antiguamente, con pelo natural. Son a veces comisionados por los ricos como retratos de sus hijos.
En el Japón de hoy, las muñecas son consideradas como una especie de “talismán contra el mal” para las niñas, deseando un crecimiento saludable. Y así, una gran mayoría se compra como regalos, especialmente de parte de los abuelos.
Las muñecas son objetos de exhibición, no juguetes, y se mantienen generalmente en una caja de cristal. Además, este tipo de muñecas son especialmente populares entre los coleccionistas.

Por ahora, la muñeca Okiku sigue en su caja como siempre en el templo de Mannenji, con su kimono, mirando desde su caja mientras su pelo sigue creciendo.
Finalmente la pregunta es, ¿es una parte de la esencia de la niña que fue capturada en su muñeca? ¿o es su espíritu que tomó residencia en Okiku después de la muerte? También, ¿es esto un fenómeno realmente sobrenatural o algún tipo de engaño?
Y ustedes, ¿se llevarían a Okiku a casa?

 

Published On: lunes, 12 de diciembre de 2016Categories: Japón, Magazine, Tradición e idiomaTags: , , , By