Osamu Tezuka: el padre del manga moderno
Osamu Tezuka, en Japón, se lo conoce como “el dios del manga” y en el resto del mundo, como el hombre que transformó todo un género. ¿Quién fue Osamu Tezuka? En Xiahpop te lo contamos.
Osamu Tezuka es una de las personas, si no la persona, más influyente dentro de la historia manga y del anime. Su trabajo e innovación fueron fundamentales para asentar las bases que hoy caracterizan a estos géneros que tanta popularidad gozan tanto dentro como fuera de Japón.
Este mangaka dejó un legado de aproximadamente 700 obras y 60 producciones audiovisuales. A través de ellas, Tezuka desarrolló y perfeccionó las tramas, técnicas y primicias que incluso en la actualidad muchos autores y dibujantes siguen a la hora de planificar y ejecutar sus trabajos.
Nace un visionario
Osamu nació el 11 de noviembre de 1928, en la ciudad de Toyonaka, prefectura de Osaka, Japón.
Era el mayor de tres hermanos, y desde pequeño se interesó por el dibujo. Su madre, como Tezuka reconocería varias veces, fue una figura fundamental para el desarrollo de su vocación.
En su segundo año de la primaria, Osamu comenzó a contar historias, llegando a crear tantas que su mamá debía borrar sus cuadernos para que tuviera más espacio para continuar dibujando.
El haber vivido la Segunda Guerra Mundial lo marcó. Por ello, en un principio, no pensó en el dibujo como una posible carrera: Tezuka quería ser médico.
Inspirado por su deseo de crear un mundo mejor luego de la guerra, estudió seis años de medicina en la Universidad de Osaka. Llegó a graduarse, aunque no a ejercer.
Osamu vio en el manga la oportunidad para concienciar sobre cuidar el planeta y proteger a la humanidad de nuevos conflictos similares a la guerra que había dejado a Japón destrozado.
Los grandes ojos de Astroboy
Si bien la producción de historietas japonesas ya era común, fue el trabajo de Osamu el que las transformó en un género bien definido e identificable por sí mismo, narrativa y estéticamente.
Incluso hoy, es muy difícil que no asociemos a un género tan vasto como el manga con las principales características de los personajes del mangaka: los ojos grandes y expresivos.
Además, las historietas de Osamu fueron las primeras que seguían un argumento, dividido en varios capítulos, que se distribuían en volúmenes independientes.
Con 23 tomos publicados en Japón, el manga revolucionó Estados Unidos y Europa, y se lo considera el inicio de la expansión del género en el mundo.
Es considerado el shōnen por excelencia, con tintes de drama y comedia. Su historia reflexiona, a través de su protagonista androide, sobre el bien y el mal, y la importancia de aceptar a los demás tal y como son.
La princesa Caballero
Tras la exitosa adaptación de Astroboy al anime, Osamu crea La princesa caballero (1953), una de las primeras obras influyentes dentro del shōjo.
La Princesa Zafiro tiene dos corazones, uno azul “de chico” y uno rosa “de chica,” los cuales viven en conflicto pese a que ella los siente a ambos como parte de sí misma. Ella ha fingido siempre ser un hombre para poder heredar el trono, pero su “parte femenina” también reclama ser escuchada. De más está decir que esta primicia fue una total revolución.
Su obra cumbre, considerada su mejor trabajo, es Fénix, una ambiciosa producción de más de 20 años, y con más de 3.000 páginas reunidas en 12 tomos. Su desarrollo abarca desde el inicio mismo de la humanidad hasta su posible final, y es prácticamente imposible de resumir. Cada uno de los tomos corresponde a una época diferente, con personajes distintos, estilos experimentales y géneros variados.
Es un trabajo difícil de leer y poco conocido, aunque se lo considera la historia más ambiciosa y profunda jamás contada en el manga.
Sus influencias
Desde el lado de Japón, Tezuka reconoce dos nombres: Suihō Tagawa, uno de los primeros mangakas de la historia, y Unno Juza, el padre de la ciencia ficción nipona.
Además, el autor mencionó la influencia del Gran Teatro Takarazuka, al que iba con su madre. Esta compañía de teatro musical femenina representaba más que nada obras románticas, las cuales marcaron en el futuro las obras del gran autor.
También, la compañía inspiró los diseños de los vestuarios de los personajes y la tendencia a exagerar sus ojos.
Para desarrollar su talento como ilustrador y animador, Osamu puso la vista en el hemisferio occidental. Desde niño, Tesuka soñaba con crear algo similar a las obras de Walt Disney, con las cuales había crecido, pero al estilo japonés.
Sus obras tempranas son reversiones de Disney, y el espíritu de la compañía del ratón siempre sobrevoló sus trabajos. Un dato curioso es que, pese a la presencia innegable de Walt en la obra de Tesuka, fue Disney quien plagió una obra de Osamu: El Rey León es considerada por muchos como un plagio descarado de Kimba, el león blanco.
Su legado
Tezuka es considerado el padre del manga moderno, y en Japón es conocido como manga no kamisama (dios del manga).
Su trabajo transformó para siempre los principales géneros de la historieta japonesa y, por si fuera poco, sentó las bases de una de las industrias más prolíficas del mundo: el anime.
Pero, su legado se remonta aún más allá: sus producciones le dieron a la cultura nipona una identidad a la cual aferrarse, y con la cual presentarse al mundo, para así poder dejar atrás la imagen manchada y deshonrosa que había dejado la Segunda Guerra Mundial.
Osamu Tesuka falleció el 9 de febrero de 1989, a raíz de un cáncer estomacal. Sin embargo, su vida llena de incontables obras de arte es imposible de olvidar.
Más de tres décadas después de su deceso, su influencia es tan vigente como el primer día. Se rumorea que sus últimas palabras, dichas a su enfermera, fueron:
Te lo suplico, ¡déjame seguir trabajando!
Fuente: zonanegativa.com ramenparados.com fahrenheitmagazine.com bitme.gg museunacional.cat librujula.com bitme.gg | Redacción: Carla Bastien ©2003 Todos los derechos Reservados | All Rights Reserved