[Cine Coreano] “Gyeongju” de Lu Zhang
Gyeongju es una ciudad coreana ubicada en el sureste de la Península. Antigua capital del Reino de Silla, el poblado posee un gran número de sitios arqueológicos, todos ellos patrimonio de esa época de oro, situación que le valió el mote de “el museo sin paredes”. Se destacan la gruta budista de Seokguram, el templo Bulguksa y la aldea tradicional de Yangdong; todos lugares designados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las características tumbas coreanas en forma circular y elevadas como pequeñas montañas, se esparcen por toda la ciudad dando al entorno una atmósfera muy particular.
Es en esta ciudad donde se desarrolla la trama de la película del director Lu Zhang. El protagonista, Choi-Hyun, un profesor coreano radicado en Beijing, vuelve al país para asistir al funeral de un antiguo amigo y compañero. Poseedor de un carácter tranquilo y aplacado, comienza a ponerse a tono con el ambiente reencontrándose con viejas amistades y renovando el aire de esos recuerdos que guardaba de su última estadía en Corea. Con tiempo de sobra luego de acabar con el motivo formal de su visita, decide visitar Gyeongju y pasar allí todo el día. Un antiguo amor de la universidad aparece en su memoria y nuestro protagonista considera que están dadas las condiciones para rememorar esos buenos tiempos. Su esposa, una ciudadana china, es ahora solo una difuminada presencia a cientos de kilómetros de distancia. Pocos minutos después llegará a una tradicional casa de té, un lugar que con el paso de los minutos descubriremos que guarda un significado especial. Shin Min-Ah, su dueña, se sumara a la historia con sutileza y será en cierta forma el hilo conductor de la estadía del protagonista en el poblado.
Hay en Choi-Hyun algo de inocente galantería, tan modesta como sugerente. Las cosas suceden a su alrededor motivadas por algo que lo excede y en muchos casos se vuelve centro involuntario de atención por su atemperada actitud de peregrino. Desde el guiño burlón de una pequeña niña hasta el evidente coqueteo de una guía de turismo, vemos como atraviesa todo eso y sale indemne aunque inspirado. La apatía puede ser una posibilidad en la construcción del personaje, pero me parece que no es ese el punto desde el que debemos ver sus actitudes a lo largo de la película. El “laissez faire” como recurso emotivo puede ser perfectamente aplicable a el desenvolvimiento dramático de Choi-Hyun.
“Gyeongju” posee planos y escenas que son valiosos en si mismos, en algunos casos por las belleza fotográfica con lo que se los encara y otros por la densidad narrativa con la que se interpela al espectador. No hay sobresaltos, o tal vez solo los que permite el clásico humor coreano y en muchos casos la película se vuelve un retrato mundano de las actividades cotidianas de cualquier ciudadano de a pie. Hacia al final percibimos una estela de sobrenaturalidad que no termina de tomar forma y que nos confunde, el somnoliento canto de una sirena que nos llama desde una tierra no tan lejana. Por tratarse de la primera película que vi en esta nueva edición del Festival, la disfruté mucho y me sentí muy a gusto con el ambiente que se respiraba en la sala, pues todos los allí presentes compartíamos la misma sensación respecto a lo que nos devolvía la pantalla.
Título: 경주
Director: Lu Zhang
Año: 2014
Interpretes: Park Hae-Il; Shin Min-A; Yoon Jin-Seo; Kim Tae-Hoon.