[Reseña] Star Ocean: The second story

Hoy voy a escribir sobre el Star Ocean: The second story (スターオーシャン セカンドストーリー), un RPG (Role-Playing game, juego de ROL) Japonés de Playstation 1, que terminó siendo una gema oculta del género.

Desarrollado por Tri-Ace (¿les suena Valkyrie Profile?) y publicado por Enix (en esa bella época en la que no estaba fusionada con Square),  este juego vio la luz en el año 1999, donde terminó siendo opacado debido al éxito arrollador del aclamado Final Fantasy VIII.

¿De qué va la trama?

Selección de personaje

En líneas generales, un joven llamado Claude Kenny, miembro de una organización espacial Terrícola, llega por accidente y azares del destino a un planeta llamado Expel, catalogado como un planeta similar a La Tierra en la Edad Media (por su nivel tecnológico y estructura sociopolítica, aunque claramente vamos a tener que ignorar que hay gente que usa magia). En dicho planeta conocerá a Rena Lanford, una joven de  origen extraño con poderes curativos. Claude es confundido con un héroe de leyendas (“The Hero of Light”, el héroe de la luz, debido a que utilizó una suerte de pistola láser para atacar a un monstruo), y junto a Rena, emprenden un viaje juntos por diferentes motivos: Rena por un lado quiere descubrir más sobre su origen, puesto que es adoptada y al parecer, un ser bastante particular y único. Claude por  otra parte, busca una forma de escapar de este planeta y comunicarse con la flota espacial a la que pertenece. Ambos objetivos se mezclan con la investigación del “Sorcery Globe”, el nombre con el que se denomina a un meteorito que al estrellarse en Expel, coincidió con la aparición de monstruos por todo el planeta… digamos que atribuirle la culpa al meteorito suena raro pero lógico.

Contar más de la trama me parece un despropósito, digamos que es entretenida y tiene giros inesperados, pero nada que te vuele la cabeza o haga reflexionar sobre el origen de la vida o el significado de la muerte (Ey, no todos los juegos pueden ser Chrono Cross, ya me leerán hablar de él en algunos días). Ahora mismo voy a enfocarme en venderles el juego, en decirles qué lo hace genial gracias a su jugabilidad.
Ni bien empezamos a jugar, tenemos una elección que hacer: Jugar con Claude o con Rena. Si bien la historia principal no varía, la forma en la que se nos presenta y cuenta, así como los personajes que vamos a poder reclutar a lo largo del juego, sí. Digamos que si jugamos con Rena, no sabemos el trasfondo de Claude, no sabemos cómo llegó al planeta, y no tenemos idea de sus intenciones a fondo, por ejemplo.

¿Sistema de pelea? Quizás su punto más hermoso. 4 personajes en tiempo real. Manejás uno de forma manual, los otros 3 los maneja la A.I. (Inteligencia Artificial) del juego, siguiendo una estrategia básica que le designes (“Curar”, “atacar”, por ejemplo). Uno puede cambiar durante la pelea en cualquier momento al personaje que va a controlar. Y, a diferencia de la mayoría de los juegos de la época, uno puede mover al personaje por todo el escenario, alejándose del enemigo, siguiéndolo, atacándolo por la espalda mientras otro personaje lo ataca de frente… definitivamente un sistema muy dinámico.

Pelea en tiempo real

Las habilidades es otro punto interesante. Todos los personajes tienen talentos que se pueden ir puliendo y desarrollando. Algunos personajes tienen mayor aptitud para ciertas cosas. Cierto personaje rústico va a ser un desastre cocinando, pero nuestra encantadora protagonista es la diosa de la cocina. Una maga es un desastre en la forja de armas, pero el espadachín por excelencia es un genio.

Con las habilidades podemos hacer muchísimas cosas. Forja, cocinar, alquimia, robar (!!!), crear medicinas… ¿Creían que el arma más poderosa del juego iba a aparecer de la nada en un cofre o por matar a un Boss (Jefe)? ¡No, señores! Van a tener que usar sus habilidades para adquirir cierto metal imposible, y junto a un arma más imposible, forjarlos para crear dicha espada (por  darles un ejemplo). Esta simpática y original forma de conseguir cosas, es una perfecta forma de esclavizar al jugador no sólo para obtener más experiencia y subir de nivel, sino para obtener ítems y pulir habilidades.

Otro detalle interesante son las interacciones entre los personajes de tu party (grupo) y los puntos de afinidad. Existen, aunque uno no puede acceder a verlos, puntos de romance y de amistad.  Uno puede entrar a una ciudad de dos formas: siguiendo la trama del juego o en modo “Private action” (Acción privada). En este modo, la trama no avanza, la party se separa al entrar a la ciudad, y al recorrer los diferentes puntos, podés cruzarte a tus compañeros en diversas situaciones, aprendiendo más sobre ellos o sus intereses. Los puntos de afinidad no sólo se ganan así, también depende del tiempo que comparta la party, o pequeñas side-quests (misiones secundarias/opcionales). Esto sirve principalmente para 2 cosas: Si un personaje que tiene puntos de amistad o romance alto con otro muere en combate, el que esté vivo tiene un pequeño incremento de stats para la pelea. El otro, el más interesante, es el de los finales. Si bien el final de la trama central es el mismo, los finales personales son distintos, y varían por dichos puntos. Un final donde dos personajes están explorando un Dungeon (calabozo) desconocido como mejores amigos, donde se forma una parejita y esperan un bebé, donde se forma otra parejita, donde uno vuelve a su casa y trabaja con otro personaje… las posibilidades son muchas. Más de 80.

¿Algo más para añadir? Sí. El emblema de los Star Ocean es el dungeon definitivo, en este caso llega con el nombre de Cave of Trials. 13 pisos de dificultad absoluta al que uno puede acceder una vez alcanzado el último punto para salvar la partida (Save point) del juego (o sea, previo al enfrentamiento con el Final Boss).  Yo llegué confiadísimo en nivel 85. Me costó, eh. Pero cuando fui a la Cave of Trials, me aniquiló el primer encuentro con enemigos al azar. En el piso 2 ya era nivel 99 con mis personajes y me sentía el tipo más poderoso del mundo. Mi sorpresa al ver que el nivel 100 llegó, y que después el 101… ¡Terrible! El nivel máximo es 255, imagínense lo que es derrotar a Gabriel Celesta o Iseria Queen (dos Bosses emblemas en la mayoría de los juegos de Tri-Ace, que se encuentran en Dungeons especiales/ocultos).

Claude y Rena

Yendo más para el lado de detalles multimedia, el apartado gráfico del juego es bueno pero simple. No esperen una experiencia gráfica brutal, pero sí una muy prolija y detallada. El diseño de personajes es muy típico japonés y recuerdan más que nada a sprites 2D.
La música es muy buena y bien cuidada, todo de la mano de Motoi Sakuraba, quien tiene muchísima experiencia en el ámbito (componiendo no sólo para esta franquicia, sino para varios juegos de Tri-Ace, anime, series y películas). Personalmente me es imposible comparar su trabajo con monstruosidades de niveles épicos que pueden venir de la mano de Yasunori Mitsuda (los Chrono, Xenogears) o el eterno y aclamado Nobuo Uematsu (Final Fantasy), pero claramente no hay nada reprochable.

¿Queda algo? Sí, lo más importante: la diversión. Porque si juntamos muchos elementos excelentes y no podemos crear diversión en el jugador, de nada vale el esfuerzo. Y con este juego, pese a que es imposible ser imparcial y no caer en una opinión subjetiva, el juego ES muy divertido y, para los jugadores de J-RPGS’s, es una bocanada de aire fresco, con elementos interesantes que sin duda, van a lograr una experiencia distinta y disfrutable.

Published On: lunes, 12 de diciembre de 2016Categories: Japón, Magazine, VideojuegosTags: , By