Tsukimi y la leyenda del conejo de la luna

La luna ha tenido un lugar de gran importancia en la cultura japonesa desde tiempos ancestrales. Así como el sol es el símbolo central de la bandera del país, la luna también ha inspirado festivales, leyendas y tradiciones. Uno de los festivales más populares relacionados con la luna es el Tsukimi (月見), un evento lleno de música, danzas, comidas tradicionales y, por supuesto, el acto de contemplar la luna.

Origen del Tsukimi: la celebración de la luna llena de otoño

El Tsukimi, que literalmente significa “mirar la luna”, es una festividad que se celebra durante la primera luna llena del mes que marca el inicio del otoño, generalmente en septiembre u octubre. Originalmente, este festival estaba ligado a la cosecha del arroz, ya que en Japón la llegada del otoño era un momento crucial para agradecer a las deidades por una buena recolección de este cultivo fundamental en la dieta japonesa. De hecho, el festival era una práctica exclusiva de la corte imperial durante el Período Heian (794-1185), donde los nobles se reunían en jardines decorados para observar la luna mientras recitaban poesía y degustaban platos tradicionales.

Con el paso del tiempo, esta tradición se popularizó entre todas las clases sociales, convirtiéndose en una festividad nacional. Se dice que la luna llena de otoño es especialmente hermosa en Japón, lo que añade un toque místico a la celebración. Hoy en día, las familias japonesas se reúnen en sus hogares o en espacios abiertos para disfrutar de la belleza lunar, acompañados de alimentos tradicionales.

El tsukimi dango: una ofrenda a la luna

Una de las tradiciones más importantes del Tsukimi es la preparación del tsukimi dango (月見団子), pequeñas bolas hechas de harina de arroz que se ofrecen a la luna en señal de gratitud.

Estas bolitas de arroz también son consumidas por la familia mientras se contempla la luna, a menudo acompañadas por sake (酒), la bebida alcohólica japonesa por excelencia. Los dango se colocan en altares decorados con hierba susuki (芒), que simboliza el arroz, y se cree que estos rituales atraen buena fortuna y abundancia para el próximo ciclo agrícola.

La leyenda del conejo de la luna

Aunque en Occidente solemos imaginar la luna como un queso gigante, en la mitología japonesa se cree que allí vive un conejo. Este no es un conejo cualquiera; según la leyenda, el “conejo japonés” está siempre ocupado golpeando arroz con un mazo para preparar mochi (餅), el dulce tradicional japonés hecho de arroz glutinoso.

La imagen del conejo de la luna proviene de antiguas leyendas budistas y se ha convertido en un símbolo central del Tsukimi. En festivales que celebran la luna, se suele recrear la escena del conejo golpeando el arroz, lo que ha dado lugar a divertidos eventos donde los participantes se turnan para golpear el arroz al ritmo de canciones tradicionales.

Una de las historias más conocidas cuenta que una vez la luna se encarnó en un anciano que, disfrazado de mendigo, pidió comida a varios animales. Mientras los demás animales le ofrecieron lo que tenían, el conejo, al no tener nada, se ofreció a sí mismo como sacrificio. Conmovido por su generosidad, el anciano lo llevó a la luna, donde viviría para siempre como un símbolo de bondad y sacrificio.

La leyenda de Kaguyahime: la princesa de la luna

Otra leyenda famosa relacionada con la luna es la de Kaguyahime (かぐや姫), o la “Princesa de la luz”, una de las historias más antiguas de Japón. Esta leyenda, que forma parte del famoso cuento popular Taketori Monogatari (竹取物語), relata la historia de un anciano cortador de bambú que, un día, encontró una niña dentro de un tallo de bambú que irradiaba una luz dorada. Esa niña, llamada Kaguyahime, creció hasta convertirse en una mujer de inigualable belleza, atrayendo la atención de todos los jóvenes del país.

Sin embargo, Kaguyahime no podía casarse con nadie, pues su verdadero hogar era la luna. Una noche de luna llena, en pleno otoño, los habitantes de la luna vinieron a buscarla, y Kaguyahime tuvo que despedirse de sus padres adoptivos humanos, dejando una tristeza profunda en sus corazones. Esta leyenda es tan popular que ha sido adaptada en varias formas, incluidas películas animadas como El cuento de la princesa Kaguya (2013), dirigida por el famoso Studio Ghibli.

La luna en la cultura japonesa

El Tsukimi no es la única ocasión en la que la luna juega un papel importante en la cultura japonesa. La luna ha sido una fuente de inspiración para la poesía japonesa tradicional, especialmente en el haiku y el waka, donde a menudo se alude a su belleza como símbolo de lo efímero y lo sublime. El otoño, con su luna llena, es uno de los momentos más destacados para contemplar la naturaleza, una práctica profundamente enraizada en la espiritualidad y estética japonesa.

Hoy en día, el Tsukimi sigue siendo una celebración significativa. Además de los festivales, es común ver decoraciones especiales en tiendas, como dango con forma de conejos, y eventos en santuarios donde las personas pueden ofrecer sus respetos a la luna y disfrutar de las maravillas del otoño.

Ahora ya saben que la luna llena no es solo cuestión de hombres lobos. Si no también de sake, conejos y princesas (que los castigarán en el nombre de la Luna).

Nota creada en septiembre del 2013, actualizada en septiembre del 2024 | Portada Bing (AI) | Redacción: SakuraArg