Kitsungi: aprender a valorar los defectos
Los japoneses cultivan desde hace años la costumbre de reparar los objetos rotos de cerámica con resina y polvo de oro, en un intento de recuperar aquello perdido y a la vez, entender que la belleza puede encontrarse en los defectos.
El Kitsungi (金 継 ぎ) es una técnica japonesa para reparar las fracturas en la cerámica o para unir los pedazos de un objeto roto, por ejemplo, jarrones, vasijas y platos, con resina de árbol espolvoreada con polvo de oro, plata o platino. El término es de origen japonés, y se traduce como “carpintería de oro”. También, se conoce esta técnica como Kintsukuroi (金 繕), es decir, “reparación de oro”.
A simple vista, el Kitsungi parece tratarse de un simple acto de unir piezas para poder reutilizar un objeto, pero esconde todo un arte. En lugar de esconder los daños, o desechar lo que se ha roto, los japoneses se esfuerzan en resaltar las rajaduras, basándose en la idea de que una vez reparada, la pieza en cuestión es aún más bella, ya que cuenta una historia a través de sus grietas, sus “defectos”.
La historia del Kitsungi
Rastrear los orígenes de esta bella tradición, nos lleva al Japón del siglo XV, cuando el Shōgun (quién gobernaba en nombre del emperador, el cual delegaba todas sus funciones en su figura) de ese entonces, Ashikaga Yoshimasa, rompió su chawan (jarrón especial para la ceremonia del té). Al parecer Yoshimasa no quería perder un jarrón tan importante, por lo que decidió enviarlo a reparar con los artesanos chinos. Tras algunos meses de espera, el chawan regresó, y el Shōgun se llevó una gran decepción: su preciado jarrón había sido reparado con ganchos de metal, algo para nada estético y que, para colmo, dejaba salir un poco del líquido en su interior.
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En lugar de conformarse con esto, Ashikaga salió a recorrer la isla, en busca de un artesano que le ofreciera algo más bonito y acorde a la importancia de esta pieza de cerámica. Tras una larga búsqueda, encontró un grupo de artesanos que encontraron la solución: extraer resina del árbol Urushi, convertirla en laca, y espolvorearla en oro para realzar los arreglos realizados. Y, después de que Yoshimasa quedara encantado con el resultado, el arte del Kitsungi se popularizó por todo Japón.
El paso a paso
Para dedicarse al arte del Kintsukuroi, son necesarias tres cosas: una pieza de cerámica rota o astillada, laca Urushi, y un pincel de kebo o makizutsu.
Actualmente, existen materiales que imitan a los originales, y que hacen más rápido, simple y accesible el proceso de reparar nuestros objetos. Incluso, en Japón y en otros lugares de Asia, es posible conseguir “kits de reparación” de un solo uso, para emergencias.
Pero, si se quiere continuar con la tradición, y de paso aprovechar ese momento de reflexión, estos son los pasos a seguir:
- Paso 1: tras la rotura del objeto, se deben reunir sus piezas, y visualizar cómo van a repararse.
- Paso 2: el armado. Las piezas deben limpiarse y ubicarse de forma tal que se vea claramente cómo deben unirse otra vez. Al aplicar la primera resina, con la precaución de utilizar guantes ya que esta laca es tóxica al tacto. Si falta algún pedazo, se puede preparar una resina más espesa y rellenar los huecos. Se debe procurar eliminar todo rastro de sobrante de material, con esencia de trementina, al igual que los pinceles.
- Paso 3: la espera. Se deben sujetar los fragmentos, de forma que la laca se seque y se endurezca. Este proceso debe hacerse en una caja cerrada, y la cerámica debe apoyarse en una toalla y una rejilla secas. Este paso dura entre 7 y 14 días.
- Paso 4: reparar. Una vez seco el objeto, se debe limpiar con un cúter y trementina, y lijar con papel lija para asegurarse de que no quede ningún relieve ni imperfección, controlando a través del tacto. Aplicar la siguiente capa de laca negra, y respetar otros 7 o 14 días de espera. Aplicar la laca roja, la cual debe dejarse secar por media hora solamente.
- Paso 5: el revelado. Colocar el polvo de oro sobre la laca roja aún pegajosa, y esperar. Una vez seco, retirar el polvo sobrante, y colocar otra vez el objeto en la caja, por dos o tres días más. Cumplido este plazo, pasar un algodón de seda por las zonas reparadas para quitar del todo el exceso de polvo, y terminar el trabajo con laca protectora. Dejar secar por 24 horas.
Una vez seco, la pieza de cerámica está lista para ser utilizada nuevamente, o para exhibirse.
Si bien el arte del Kitsungi es larga y compleja, arroja resultados llenos de belleza. Esta práctica, que se realiza en muchas partes de Asia como China, Vietnam y Corea, se mezcla con una manera de ver la vida. Los japoneses, al resaltar los defectos de sus objetos en lugar de desecharlos o avergonzarse de ellos, nos enseñan acerca de la resiliencia, es decir, acerca de la capacidad de apropiarnos de nuestras cicatrices e imperfecciones, y volverlas algo bello, y que nos llena de orgullo.
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Fuente: El Arte del Kintsugi Blog, Cultura Inquieta, Wikipedia | Redacción: Carla Bastien | © 2020 Todos los derechos reservados a Xiahpop®