Amy Tan es una escritora norteamericana hija de inmigrantes chinos, que conoció la popularidad con su primera novela, “El club de la buena estrella.

El Valle del Asombro” publicada en el año 2013 en Estados Unidos y editada en español por Planeta con traducción de Claudia Conde, se ocupa nuevamente del vínculo existen entre madres e hijas, relación que en muchos casos trasciende generaciones.

Tal como dice Margara Averbach en el comentario del libro realizado para la Revista Ñ, la novela de Tan vuelve a unir Oriente con Occidente, haciendo centro en Shanghái. La historia se sitúa a comienzos del siglo XX y se extiende hasta finales de la década del ’30, poniendo en escena la vida de tres mujeres (abuela, hija y nieta) signadas por una sucesión de afrentas a su condición de cortesanas.

Su capacidad de supervivencia frente a todo lo que las rodea es uno de los fundamentos principales de la narración, y en cierta forma ese es el único patrimonio valioso que una generación de mujeres le puede dejar a la siguiente.

El contraste entre las dos culturas también queda patente en muchos pasajes de la novela y es ahí que Tan recurre al “mestizaje de origen, el bilingüismo, la ambigüedad…”. Como es usual en la producción literaria de esta escritora, los símbolos también ocupan un lugar importante, no siendo “El Valle del Asombro” una excepción a ese recurso.

Con una cadencia propia del melodrama y una línea histórica llena de contrastes, contradicciones y situaciones signadas por el dolor y el amor, “El Valle del Asombro” se convierte en una buena opción para aquellos que quieran sumergirse en una lectura amena, comprometida con el género y con algún toque rosa que no hace más que amenizar la cruda realidad de Lulú, Violeta y Flora, las protagonistas de la historia.

Fuente: Revista Ñ Nº 558 / hiroshi@xiahpop.com